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“Don Bosco, el Santo de los jóvenes”
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El venidero 31 de enero las ciudades de Venezuela en las que funciona un colegio o una obra salesiana, estarán animadas por grupos de jóvenes, de exalumnos y amigos de la Familia Salesiana, que se unirán para honrar a San Juan Bosco, Fundador y Padre de los Salesianos, de las Hijas de María Auxiliadora y de múltiples movimientos religiosos y educativos que tiene como fundamento su pensamiento pedagógico.
Don Bosco nació en Italia en 1815, en un pueblo cercano a la norteña ciudad industrial de Turín. Estudió con gran esfuerzo, trabajando por cuenta propia o sirviendo en casa de familias acomodadas. Sus padres eran campesinos pobres y no estaban en condiciones de costear sus estudios.
Ordenado sacerdote, comenzó a ejercer su trabajo sacerdotal en la ciudad de Turín. Su atención pronto se vio atraída por una gran cantidad de adolescentes que deambulaban por las calles y plazas de la ciudad. Su joven y dinámico se compadeció de aquella turba juvenil empobrecida y se dio de lleno a trabajar, en medio de ellos. A tal fin y llegado el momento, creo al Congregación Salesiana, y, para las niñas y las jóvenes fundó a las Hijas de María Auxiliadora o Salesianas.
Después de su muerte, otros Salesianos fueron dando origen, siguiendo su estilo pedagógico, a nuevas instituciones educativas para atender otras necesidades de jóvenes pobres y en situación de riesgo. Actualmente, estas suman treinta y dos y, junto con los Salesianos de Don Bosco y las Salesianas, conforman un vasto movimiento educativo evangelizador conocido como “Familia Salesiana”.
La labor que desempeñan hoy estas instituciones es amplia y variada. Trabajan incansablemente en colegios, en escuelas técnicas y agrícolas, en centros de capacitación laboral para jóvenes desescolarizados, en casas de acogida para muchachos de la calle, a fin de transmitirles una sólida formación junto con una seria enseñanza. En paridad de condiciones y con el mismo ardor pastoral, desarrollan su actividad en parroquias de contexto popular y dentro de comunidades indígenas.
Una obra clásica y trascendental es la que cumplen en los tradicionales “Oratorios Festivos” o “Centros Juveniles” que comúnmente funcionan en las barriadas de medianas o grandes ciudades. En estos centros proporcionan a los participantes formación cívica y cristiana y les brindan la oportunidad de ocupar sana y provechosamente el tiempo libre canalizando su energía hacia la práctica del deporte y otras actividades de interés juvenil como: agrupaciones musicales, culturales, misioneras, sociales…
Con el objeto de asegurar la eficacia educativo – evangelizadora creó su propio método educativo, el llamado “Sistema Preventivo”, basado en la formación de la razón, en el conocimiento experiencial de la religión y en la vivencia de la caridad. La luz de la razón, el trato amable y los principios cristianos están a la base de la actividad formativa que desarrolla la Familia Salesiana. Esta visión educativa de Don Bosco lo ubica entre los pioneros de los actuales sistemas educativos psicopedagógicos. Físicamente Don Bosco ha muerto, pero su espíritu sigue vivo y palpitante. “La educación es cosa del corazón” repetía una y otra vez, y su corazón todavía sigue latiendo hoy como ayer, y de ello son testigos la muchedumbre de exalumnos/as del colegio salesiano Santo Tomás de Aquino, primero y de la escuela técnica salesiana después.
La Iglesia Católica lo distingue, con toda razón, con el título de “Padre y Maestro de la juventud”, es el santo de los jóvenes. “El Señor, decía, me ha llamado para los muchachos, por eso es necesario que me consagre enteramente a ellos y conserve mi salud para ellos”. Su pasión fueron los jóvenes, sin ningún tipo de dudas.
Cumplió, hasta el momento de su muerte, acaecida en 1888, lo que dijo en una ocasión a los muchachos: “Mis queridos muchachos, les quiero a todos con toda mi alma. Me basta saber que son jóvenes para que sean mis amigos. Difícilmente encontrarán quien les quiera más que yo y quien desee más que yo su felicidad.” Bello ejemplo para cuantos nos dedicamos a trabajar con los niños y los jóvenes para hacer de ellos “Buenos cristianos, honrados ciudadanos” y competentes profesionales.